¡Hola amigos y amigas de Albaayuda!
La neurorehabilitación es un conjunto de técnicas médicas que tienen como objetivo intentar minimizar las secuelas que provoca el daño cerebral adquirido. En ella intervienen un amplio equipo de profesionales compuestos por fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, y neuropsicólogos.
Hace unos días ya te enseñé en qué consistía la Fisioterapia neurológica, una de las terapias que Alba recibe en la clínica. Hoy te quiero enseñar en qué consiste el trabajo del neuropsicólogo.
Adelante vídeo!
Los neuropsicólogos son psicólogos especializados en el funcionamiento del cerebro y de los procesos cognitivo, los cuales van desde la atención, a la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, el pensamiento, o las funciones ejecutivas entre otros…
El trabajo del Neuropsicólogo consiste en evaluar y rehabilitar a personas con alteración de cualquier función cognitiva. El deterioro cognitivo se asocia a múltiples causas como:
- Parálisis Cerebral Infantil (PCI)
- Bebés Prematuros.
- Diversos tipos de trastornos, como el déficit de atención, la hiperactividad, el trastorno del Espectro Autista (TEA).
- Daño cerebral adquirido (traumatismo craneoencefálico, tumor cerebral y enfermedades cerebrovasculares).
- Demencias (enfermedad de Alzheimer, demencia asociada a la enfermedad de Parkinson, demencia vascular…).
- Trastornos psíquicos.
- Envejecimiento.
Normalmente se suele actuar sobre los problemas que limitan más la vida cotidiana y/o sobre procesos que se consideran básicos (como la atención o la memoria), estimulando las funciones cognitivas del paciente que están afectadas e intentando mantener las preservadas, con el fin de lograr la activación de los diferentes sistemas cerebrales.
Este tratamiento se lleva a cabo a través de ejercicios que implican a uno o a varios procesos mentales, y van desde el nivel más básico al más alto, dependiendo en todo caso de la situación de cada persona.
Cada ejercicio debe estar adaptado a cada caso particular, por lo que el profesional debe saber muy bien que procesos quiere potenciar o trabajar en cada momento y con qué nivel de dificultad.
Un ejercicio, por ejemplo, es tachar figuras en una hoja, y consiste en presentar al paciente una hoja con diferentes figuras (que pueden ser figuras geométricas, letras, animales, etc…), pidiéndole a la persona que tache las que están repetidas o bien los animales que vea.
Con este tipo de ejercicio se puede trabajar muchos procesos, desde la atención y el rastreo visual (ya que tiene que buscar con la mirada en la hoja), a la memoria y el lenguaje (distinguir letras o animales).
Otro ejemplo de ejercicio de más dificultad, es presentar al paciente situaciones que requieran una determinada solución. Se le puede plantear desde “no hay leche en la nevera, ¿Qué hacemos?”, o bien que el paciente planifique que le apetece hacer en el próximo fin de semana.
Este tipo de tareas aborda el análisis de situaciones, la planificación y la toma de decisiones. Se trabaja con la persona para que analice que sucede, que posibles soluciones hay, que implicaciones tienen, analizar cuál es la mejor solución, y planificar su aplicación.
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